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Prólogo

Siempre he pensado que ser feliz debe ser la motivación principal, si no la única, que nos debemos en nuestras vidas, tan efímeras que no podemos perder tiempo ni distraernos en lamentaciones y en auto compadecemientos.

            La pregunta que siempre nos haremos es, ¿y cómo hacerlo? No hay repuesta concreta; en todo caso cada uno tendríamos que buscar, construir la propia con nuestros materiales, cocinarla con nuestros propios ingredientes.

         Haydeé Colín nos regala hoy una receta, su receta. Con sabores que van de lo amargo o lo más dulce, de lo insípido al mejor sazón. Porque así es la vida, llena de encuentros y desencuentros.

        Amor... ¡Ya no te tengo miedo! Es un regalo que Haydeé nos da para que en el universo de su experiencia podamos tener una referencia de vida. Es un texto donde la autora nos regala su sinceridad, nos muestra su vida y la desnuda ante nuestros ojos para invitarnos a mirar nuestras propias almas desde adentro.

        Haydeé nos sugiere qué podríamos hacer para vislumbrar el camino hacia la felicidad, pero también nos dice, desde su experiencia personal, cómo intentar despejar la penumbra cuando nos alcance.

         Amor... ¡Ya no te tengo miedo! es una historia de vida y es también una historia de amor: la de Haydeé y Raúl; Raulito, como ella prefiere decirle.

        Es poco común que en un texto de este tipo se haga referencia de otra persona que no sea el autor o el tema del texto presentado, pero me tengo que disculpar por dedicarle unas líneas a Raúl.

        Y tiene que ser así, porque no tengo duda que Raúl es la inspiración de este libro. Así lo asegura Haydeé en su primer capítulo y sé del amor que ambos se entregaron. Porque Raúl era un tipo excepcional. Fue para mí un gran amigo, un excelente socio, casi un hermano (me gustaría quitarle el casi) y uno de los mejores seres humanos que me ha tocado conocer.

        Cuando nos tocó perderlo, dije públicamente que Raúl fue el hombre que más he querido en mi vida, después de mi padre. Quienes lo conocieron saben perfectamente que tengo razones para asegurarlo.

        Desafortunadamente ya no está con nosotros, pero su presencia es perenne. Yo lo sigo teniendo junto a mí gracias al amor y la cercanía que mantengo, junto con mi familia, con Haydeé, con Heidy, con Ileen, con Arturo.

        Ellos saben que siempre estaremos nosotros para ellos y estamos seguros que ellos siempre estarán para nosotros. Y en ese sentimiento mutuo renace Raúl para todos.

        Vale la pena detenerse a leer lo que Haydeé nos regala en cada línea de este libro, pero más lo vale descubrir todo lo que nos revela en la entrelínea.

         Fueron dos años de esfuerzos para que Haydeé pudiera poner este libro en nuestras manos, pero lleva en cada capítulo una pequeña parte de su vida.

        Se disfruta leerlo y se valora la valentía de la autora, porque no es fácil compartir nuestras experiencias. Pero, gracias a su bondad, al final del mismo, tal vez también podremos decir: Amor... ¡Ya no te tengo miedo!

Jorge E. Acevedo Marín

Director General del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social del Estado de Q. Roo.

 

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